ERAN LAS CINCO DE LA MADRUGADA CUANDO DE PRONTO UNA FUERTE ALARMA DE UN PEQUEÑO DESPERTADOR, QUE SE EXTENDÍA POR TODA UNA HABITACIÓN, SONABA INSISTENTEMENTE AVISÁNDOLE A UN HUMILDE HOMBRE QUE SE DEBÍA LEVANTAR PARA CUMPLIR CON SU RUTINA DEL DÍA. SÍ, RUTINA PORQUE ERA SIEMPRE LA MISMA DE TODOS LOS DÍAS.
ESA RUTINA CONSISTÍA EN QUE DESDE MUY TEMPRANO DEBÍA SALIR A RECORRER TODA LA CIUDAD DE CARACAS EN UNO DE SUS CAMIONES DE COLOR BLANCO, QUE LLEVA EN LA PARTE TRASERA UNA INMENSA CAVA , LA CUAL, SE PODÍA APRECIAR A LOS LADOS UN GRAN LOGO QUE RESALTABA EL NOMBRE DE LA EMPRESA . ÉL TRANSPORTABA DIARIAMENTE UNA VARIEDAD DE BOLSAS DE HIELO PARA DISTRIBUIRLAS POR TODA LA CIUDAD.
ESE DÍA ESA RUTINA CAMBIO, FUE LA MAÑANA DE UN SÁBADO DE UN HÚMEDO DÍA, EL CLIMA NO ESTUVO A SU FAVOR ESTABA LLOVIENDO MUCHO, LAS CALLES SE ENCONTRABAN INUNDADAS. ÉL HOMBRE SE DIRIGÍA AL CENTRO DE PETARE, UNO DE LOS LUGARES MAS ALBOROTADOS DE LA CAPITAL DONDE LAS CALLES SE ENCUENTRAN LLENAS DE VENDEDORES Y DEBIDO A ESTO LA VÍA ESTA MUY CONGESTIONADAS CON EL TRÁFICO.
EL HOMBRE SE MONTO EN SU CAMIÓN Y SE LE HIZO UN POCO DIFÍCIL SALIR DE ESE LUGAR DONDE SE ENCONTRABA, LAS CALLES LAS VEÍA MAS ANGOSTAS POR LA CANTIDAD DE PERSONAS QUE HACÍAN SUS COMPRAS, CUANDO SIENTE QUE CAE EN UN HUECO LLENO DE AGUA Y OBSERVA QUE UN TRABAJADOR DE LA CALLE SALE CORRIENDO HACIA ÉL RECLAMÁNDOLE QUE HABÍA ENSUCIADO SUS CAMISAS QUE ESTABAN A LA VENTA.
EL HOMBRE APENADO Y FRÍO COMO EL HIELO DE SU CAVA, SE BAJA DE SU CAMIÓN Y LE OFRECE DISCULPA POR LO QUE HABÍA OCURRIDO Y HACE UN TRATO CON EL VENDEDOR DICIÉNDOLE QUE LE IBA A PAGAR SUS CAMISAS PERO A PRECIO DE FABRICA. EL VENDEDOR SE QUEDO UNOS MINUTOS CALLADO RAZONANDO LO QUE HABÍA PASADO Y CONCIENTE DE ELLO ACEPTO EL TRATO Y AMBOS SIGUIERON SUS CAMINOS.
MARÍA ISABEL QUISHPI